Beber es un acto social. En consecuencia, muchos nos consideramos bebedores sociales, pero ¿dónde está la línea que separa el acto social de la adicción? ¿Quizás sea este el principal motivo por el que muchas personas se muestran incapaces de identificar que padecen un problema de alcoholismo?
¿Qué es el alcoholismo?
Ante todo, entre las adicciones debemos describir cómo es una de este tipo para saber identificarla. En este caso, hablamos de una enfermedad que se caracteriza por cuatro síntomas principales:
– Sentir necesidad o deseo urgente de beber.
– Pérdida de control: una vez que comienzas, no puedes parar.
– Dependencia física: puedes padecer descompostura de estómago, temblores, sudores y ansiedad tras dejar de beber.
– Tolerancia progresiva: cada vez necesitas una dosis mayor para emborracharte.
Señales que indican que tienes problemas con el alcohol
1. Cuando bebes, siempre terminas emborrachándote.
2. Bebes solo.
3. Necesitas beber antes de comenzar tu día.
4. Tienes discusiones continuas con tu gente a causa de la bebida.
5. Tu manera de beber te ha causado problemas en el trabajo y en otros lugares.
6. Si te aconsejan o critican por cómo bebes, dices que puedes dejarlo cuando quieras. No obstante, lo has intentado pero eres incapaz de hacerlo.
7. Notas que bebes muy aceleradamente.
8. Sueles ausentarte de tus obligaciones y responsabilidades diarias a causa de la resaca.
9. Tienes lagunas mentales después de haber bebido.
Si te has sentido identificado con varios de los planteamientos anteriores, te recomendamos que busques la ayuda de una clínica de desintoxicación, donde puedas comenzar cuanto antes un tratamiento para alcoholismo (si aún tienes dudas, puedes hacer nuestro test). Son muchos los problemas y enfermedades relacionadas con el alcoholismo, y por eso la adicción debe ser atajada cuanto antes. No pasa nada por asumir que se tiene un problema: lo importante es ser consciente y manifestar un deseo firme de cambio.